Difracemos el dolor por la ira, consumamos el llanto en los gritos, riamos para ocultar lágrimas... aunque esto último no funcione y solo nos convirtamos en desquiciados exagerados que no merecen sentirse así porque deberíamos ser más fuertes. No sabiendo que quien tiene la valentía de romperse vale y ama más que cualquiera que otorgue sus sentimientos y se crea el más valiente.